En
1936 se presenta en la pantalla grande la película Tiempos modernos, escrita, dirigida y actuada por Charles Chaplin.
Es tal vez la última película de cine mudo. Considerada una obra maestra del
cine como la mayoría de este genio. Es la exposición y crítica a la realidad de
la clase obrera durante la “gran depresión” económica de 1929, la cual se
evidenció con la caída de la bolsa de valores de Nueva York y afectó a todo el
mundo capitalista de forma directa o indirecta. Es una cinta cargada de un gran
rigor sociológico en la que se refleja el estado de una sociedad.
Con
el humor que caracteriza las películas de Chaplin, (ese humor que nunca encaja
en lo grotesco aunque nos esté presentando una sociedad que no podría
considerarse de otra forma), nos presenta cómo funciona el sistema capitalista.
Un sistema que no es más que el resultado de una sociedad enferma, consumista y
que impide el ascenso social de quienes viven aferrados e inmersos en él.
Tiempos modernos
presenta la vida de un trabajador de clase obrera quien debido a su condición
social se ve envuelto en cantidad de dificultades y enfrentado a la cruenta
realidad de trabajar largas horas al día en labores no muy gratas, lo que va en
detrimento de su salud y lo imposibilita de disponer de tiempo para el disfrute
y la recreación. Situación no muy lejana a la sociedad de nuestra época.
El
sistema capitalista, ese sistema que Chaplin nos presenta a mediados de los
años treinta, es el mismo sistema económico actual, solo que en pleno siglo XXI
vivimos la versión neoliberal del mismo. Los historiadores aún no se colocan de
acuerdo con la fecha exacta del surgimiento del capitalismo, sin embargo todos
coinciden en la importancia que tuvieron los viajes exploratorios a través de África,
la invasión del continente americano y el exterminio de sus gentes, las
revoluciones burguesas, pero sobre todo la revolución industrial.
El
capitalismo se puede definir como el sistema económico u orden social que
resulta del uso de la propiedad privada sobre el capital como medio o
herramienta de producción; sistema que por lo demás da esperanza a los seres
humanos haciéndoles creer que existe la posibilidad de ascenso social y
vendiéndoles la idea de libertad. Esta pequeña explicación o definición del
sistema capitalista es necesaria para la comprensión de las dos películas que
se entrelazan en el presente artículo: La primera, un clásico del cine que en
medio de las risas que nos produce va
dejando la amargura de la vida real; la segunda, una visión futurista del mismo
problema.
In time,
es un filme norteamericano del año 2011, titulado para Hispanoamérica como El precio del mañana; es una película
del director Andrew Nicoll: director, guionista y productor de la afamada cinta
El señor de la guerra (2005), guionista
de La terminal (2004) y El show de Truman (1998), entre otras. A
pesar del buen nombre que su director se ha granjeado a lo largo de su carrera,
esta película recibió duras críticas al ser categorizada en el género de
ciencia ficción distópica, es decir que presenta un futuro indeseable. Por otro
lado, la película ha sido criticada por la caracterización de un Robín Hood
moderno, un héroe que le roba a los ricos para darle a los pobres.
Vale
destacar en ella un elemento primordial del capitalismo y es que esté se basa
en la venta de la mano de obra para conseguir dinero; en la película el dinero
es el mismo tiempo, lo que nos recuerda que cada vez que vamos a un centro
comercial a comprar el mercado, pagamos un arriendo o simplemente salimos a buscar
un par de cervezas, estamos pagando con el tiempo que empleamos en conseguir el
dinero necesario para ello. Visto de este modo: la película no nos está
presentando un futuro indeseable sino un presente asfixiante, una realidad
innegable.
La
idea de que a partir de un tiempo el cuerpo humano deje de envejecer esta cada
vez más cerca de no ser ciencia ficción gracias a los avances acelerados y
constantes de la ciencia, el problema es que no todos disfrutaremos de esto. La
sociedad del futuro presentada en In
time no es más que una excusa para descubrir el presente y que resumiendo
en palabras de uno de sus personajes secundarios: "para que unos pocos sean inmortales muchos tienen que morir".
Artículo publicado en la Revista Alucine. Boyacá (Colombia). Abril de 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario